periodismo del siglo xxi

Quién soy

CONTÁCTANOS

”Siguenos ”Siguenos ”Siguenos ”Siguenos ”Siguenos ”Siguenos
septiembre 2014
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930  

Estadísticas del blog

  • 26.481 visitas
Follow periodismo del siglo xxi on WordPress.com

Fotos de Instagram

No se encontró ninguna imagen en Instagram.

CONCLUSIÓN

Tras haber desarrollado estos once grupos de comunicación multimedia son varias las valoraciones que podemos extraer. En las siguientes líneas vamos a desarrollar aquellas circunstancias que creemos son de obligado conocimiento para el lector.

En primer lugar habría que destacar los medios nacionales de mayor calado. Entre ellos se encuentra el Grupo Prisa, en clara decadencia; Grupo Planeta, en claro ascenso; Vocento, en una línea más plana. No es asunto baladí que en los últimos tiempos se haya cuestionado en la opinión pública la calidad y la línea editorial que sigue el buque insignia del Grupo Prisa, el diario El País, respecto a la política nacional y económica. Ha sido una tarea sumamente difícil, pese a que se encuentra cotizando en la Bolsa española, conocer quiénes son los accionistas del mismo. Se han contrastado datos y solicitado informes a empresas que analizan la situación financiera y comercial de otras empresas e incluso dicha información no casaba con la que reflejaba la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Tras reflejar, epopeya mediante, los datos de accionistas del Grupo Prisa, se ha llegado a conclusión de que está parcialmente participado por fondos buitre y bancos. En un contexto de crisis económica y desconcierto, es justificable pensar que las continuas ampliaciones de capital que sufre el grupo no parecen ayudar a preservar la independencia periodística del mismo. Nada sigue igual para el grupo tras la muerte de su fundador, Jesús de Polanco.

En cuanto a Vocento, está en una situación parecida. Cotizando un 20% en el Mercado Continuo, tiene en su Consejo de Administración a los pesos pesados de sectores estratégicos de nuestro país. El grupo editor de ABC y otros e influyentes medios regionales, está dominado por algunas de las familias más pudientes de España y en los últimos años parece haber encontrado cierta estabilidad económica. Dicha estabilidad podría derivar en la fusión con Unidad Editorial, o, al menos, de su histórica cabecera con la de El Mundo. El grupo controlado por los italianos RCS MediaGroup está a la espera de una oferta. Pese a no cotizar en Bolsa, su situación es parecida a la de Prisa. Demasiadas inversiones en demasiados mercados han desestabilizado a la compañía.

Un caso curioso es el del Grupo Planeta que, pese a no cotizar en Bolsa (de hecho es una sociedad limitada) sí es el accionista mayoritario de Atresmedia. La compañía, controlada por la familia Lara, se ha consolidado en España y gracias al negocio editorial también se ha abierto camino en América Latina, compitiendo con Prisa, que no obstante, también domina gran parte del espectro radiofónico del continente americano.

Mediaset España, dominada por el grupo italiano que le da nombre, tiene estrechos vínculos con el Grupo Prisa, quien participa en su accionariado –pese a haber vendido parte del mismo en fechas recientes- a cambio de acciones para el gigante de Berlusconi en Canal Plus.  Tiene más de un 40% de sus acciones cotizando en Bolsa pero su modelo de negocio, basado en el entretenimiento y el ocio, sigue siendo viable. Tanto que, como se ha citado en el análisis del grupo, decidió cerrar el canal de noticias CNN+, ejemplo de periodismo de calidad y prestigio; su misión: convertirlo en un canal 24 horas dedicado a un reality show.

El resto de grupos multimedia son de claro y marcado ámbito regional. Sus estructuras empresariales son muy opacas y, en algunos casos, no está claro quién anda detrás de cada una de ellas. Un ejemplo es Promecal, que parece albergar un sinfín de sociedades dominadas por la familia Méndez Ordoñez. Mientras el Grupo Godó se centra en el mercado catalán, con influyentes medios que incluso llegan a condicionar la política en la región, otros intentar subsistir. Es el caso del Grupo Zeta, muy presente en la zona mediterránea pero con tremendas dificultades económicas que condicionan la independencia de los prestigiosos medios que controla.

En la zona de Andalucía aparece el Grupo Joly, el cual siempre intenta mantener estrechos vínculos de amistad con las fuentes de poder. Una empresa familiar, al más puro estilo Promecal, con una tradición que se remonta al siglo XIX. Con una audiencia regional más aleatoria situamos a Editorial Prensa Ibérica, en manos, otra vez más de una familia, el binomio Moll Sarasola.

Caso particular es el de Cope, un conglomerado controlado casi en su totalidad por la Conferencia Episcopal Española (CEE), desde donde, como un púlpito se tratase, la Iglesia Española parece predicar sus sermones a la opinión pública.

Tras varios párrafos esgrimiendo los argumentos que acompañan a cada grupo multimedia, llegan las valoraciones finales.

  1. España tiene pocos grupos de comunicación a nivel nacional e internacional, en comparación con otras potencias europeas que, incluso, dominan algunos de los que consideramos patrios.
  2. Las cotizaciones en Bolsa de algunos grupos editoriales han mermado la veracidad e independencia de los periodistas que en ellos trabajan.
  3. La mala gestión financiera y la poca visión –y previsión- a largo plazo de los grupos multimedia nacionales y regionales han jugado en contra de sus cuentas anuales.
  4. Existen numerosos medios a nivel autonómico y provincial, controlados por familias influyentes en la sociedad regional.
  5. Hay escasa o nula información comercial o financiera sobre los grupos regionales.

Como conclusión final, España es un país con muchas luces y demasiadas sombras. Contamos con excelentes profesionales del periodismo que tienen que lidiar con el intrusismo laboral y unos medios de comunicación que no son todo lo rigurosos e independientes que se desearía. Hemos visto como en los últimos meses, varios directores de periódicos –El País, El Mundo, La Vanguardia- sucumbían ante el poder financiero y político. Las luces, los periodistas; las sombras, los dueños del periodismo.


Deja un comentario